EL PODER DE LA SEDUCCIÓN
- Karol Castro

 - 29 oct 2020
 - 2 Min. de lectura
 

Se puede considerar la seducción como aquel conjunto de expresiones y manifestaciones, aspectos psicológicos, físicos y comportamentales, que caracteriza la forma de ser de la personas, con el fin de conseguir una interacción con los otros. Todas las personas pueden ser seductoras, deseamos gustar a los demás, ser queridos y reconocidos, ser valorados como padres, profesional, amiga/o.
Para seducir empleamos la habilidad de sugerir, mostrar o insinuar, para esto utilizamos las miradas, palabras que acarician, silencios concluyentes, gestos y contactos, etc.
Como se puede ver, la seducción tiene un carácter universal, seducir está escrito en la naturaleza humana, es instinto, además de puede moldear a través del aprendizaje. El proceso de la seducción es una forma de llamar la atención, una disposición que activa la conducta y promueve actitudes para conectarse con el otro desde uno mismo a través de la comunicación verbal y no verbal.

La autoestima está directamente relacionada con el desarrollo de la seducción. Si se tiene una buena autoestima nos consideraremos capaces de actuar ante cualquier situación, ya que la autoconfianza nos permite ser resistentes a las críticas, al rechazo o al fracaso.
La seducción va relacionada con el éxito amoroso, pero no sólo es esto. También seducimos cada vez que nos comunicamos y logramos que la persona de enfrente se sienta atraída por nosotros. En ello hay una carga genética, porque hay personas más extrovertidas, que lo tienen más fácil, y otras menos. Pero también influye cómo fueron las primeras relaciones con padres, amigos, profesores. Hasta los introvertidos aprenden técnicas para salir adelante. Pero también hay quien disfruta de la introversión, y muchos son artistas, creadores que generan gran originalidad.
La seducción implica una exposición de nuestra intimidad, ya que representa un conjunto de manifestaciones y expresiones del yo, una serie de actos expresivos, comunicativos y relacionales, cuya finalidad es interactuar con los otros. Se trata, de una comunicación en la que se afloran aspectos de uno mismo, como los: pensamientos, sentimientos, emociones, placeres y deseos, poniendo en evidencia del otro la disposición activa de los mismos. Para esto, el proceso de la seducción puede darse en cualquier momento y ámbito de la vida, entre los miembros de una pareja, entre docente y alumno, en reuniones sociales, con amigos, etc., sin que su manifestación conlleve, obligatoriamente, a una connotación sexual

A la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones propias, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser persona
"Es importante descubrir que es lo que nos hace más atractivos y para quién”.
Psic. Karol Castro T.


















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